El Miércoles 16 de Diciembre de 2015 fue un día de esos de los que sales al monte, y no sabes lo que te vas a encontrar. Y desde que salí de mi casa por la mañana comenzó el día a ser inusual. Primero, porque llegué al punto de cita, y al contrario que de costumbre; llegué bien de hora y el primero. Claro está que era fácil, porque era al que más cerca le pillaba de casa. Al poco vi llegar a Yiyo.
Y ya sabía que Antonio llegaría un poco más tarde, porque me lo avisó unos 25 minutos antes.
Estando en la puerta de la tienda de Buguibikes, pasó con su furgoneta de trabajo, David Pinto, que nos pitó.
Yo ya tenía un destino preparado, que era subir hacia Los Asperones, o a la zona de el Cortijo de los Asperones. Hasta donde se pudiera llegar, y sin hacer lo que hicimos en la última ruta, que fue ir a la zona de el Peñón de la Mata. Sólo subir y bajar por el mismo sitio, u otro alternativo. O, si se podía, pasar a la zona de Las Mimbres, por el Collado del Agua.
También quería explorar un poco la zona por si veía algún camino o vereda que llevase a conectar con el camino que sube para salir hacia el Collado del Agua.
Justo un poco antes de llegar a la cancela o puerta del Cortijo El Moralejo F. P. Bernardino, subiendo, a la derecha, hay uno que va por la ladera del monte, por encima del cortijo, y puede que conecte con el clásico de subida a el Collado. Habrá que verlo otro día.
Pero volviendo al comienzo de la ruta; como a todos nos pareció bien esta, la comenzamos.
En unos días de final de Otoño inusuales en temperatura y precipitaciones, da gusto salir porque no hay que ir abrigado. Pero el terreno está muy seco, y hace falta que llueva. Y las vistas comienzan a ser feas sin nieve alrededor ni humedad, y los árboles secos, junto a la poca vegetación que queda medio bien.
Salimos de Albolote, con dirección a la Estación de Calicasas, para subir por el Camino de Piedra, dirección a la Atalaya de Cogollos. Y en esta subida, vemos a Juan Antonio Martínez, que junto con otro ciclista, ya bajaba de una de sus típicas rutas, cortas y rápidas. Un saludo rápido de los típicos en la bicicleta y seguimos.
Poco más arriba, nos coge Jorge Bravo, que subía directo a la Atalaya, para después bajar por Deifontes, y volver por la Granja de las Perdices. Nos acompañó hasta el cruce de arriba. Y nos alegró a todos este encuentro. Hacía un tiempo que no nos veíamos.
Jorge es un ciclista que siempre se ha caracterizado por subir muy bien, y andar mejor sobre la bicicleta.
En la última parte de la subida, castigó bien a Antonio en una picada que tuvieron entre ellos. Castigo que acusó poco después, porque le sobrevino una pájara. Aunque Antonio está fino y pesa poco, no sale mucho ahora, y eso se nota.
En la parada para que se recuperase Antonio, y comiéramos algo; poco después de irse Jorge, llegó Gorka.
Había salido de Maracena un poco más tarde que nosotros, y si no es por la tardanza de Antonio, no nos hubiéramos visto.
Él subía hasta allí y se bajaba por el mismo sitio. Los que trabajan, hacen el tiempo que pueden para salir un rato a despejarse y entrenar.
Después de un rato de charla, nos despedimos todos, y continuamos marcha.
Le costó a Antonio, subir los Asperones. Pero lo hizo como pudo, comió algo de lo que llevaba, y volvimos para abajo muy bien hasta Albolote. La vuelta la hicimos por el Camino de los Olivos, o también llamado de El Cortijo de El Duro.
Y como era lógico, pasamos por la puerta de el Cortijo o parcela de Andrés, que ya hemos fotografiado muchas veces. Pero siempre nos hace gracia el nombre que tiene.
" VIVA LA PEPA ".
Por lo visto, ya lo tenía puesto cuando lo compró. Y es que es gracioso, y un poco único. No habrá muchos así.
Entre historias, cosas graciosas, y otras cosas, se nos pasó la ruta rápido, y con ganas de coincidir en otra. Además de castigar el cuerpo, hay que divertirse. Y sobre todo, cuidarse mente, y cuerpo, juntos.
Con esta reflexión, llego al final de la crónica de este Miércoles, poniendo las imágenes del día.
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