Comenzamos con la foto de grupo, que esta vez, si está bien hecha y organizados todos para tal fin.
No hay mucho que contar de este día, porque no hay nada malo, ni anormal que reseñar.
La ruta es bastante dura a causa del porcentaje de las rampas que tiene la Sierra de la Hoz, cuando se sube desde Olivares.
Más si se cuenta con el terreno que se transita a la vuelta, que ya con las piernas castigadas, se hace un poco rompepiernas. Y algo influyen también las veredas técnicas. Que si que son bonitas, y gustan. Pero también van haciendo mella en el ciclista.
Se llega a Olivares por Caparacena, y la Pista de Vuelo, saliendo a la carretera de Colomera - Olivares.
Y por el barrio alto de Olivares, o el lugar denominado "Las Majadillas", se sale a la Sierra de la Hoz, por unas rampas de un porcentaje brutal. Cuando se corona, se baja por una vereda entre pinares hacia la zona de Tozar.
Y en esta ocasión, a causa de un despiste, no se hizo la vereda que hay hasta salir a la senda de El Gollizno, en la parte de los puentes, y las barandillas de madera.
Se descubre otra nueva, y se vuelve a Maracena por otro recorrido alternativo.
Se hace la vereda para salir a la carretera que va a Moclín. Y se sale a Olivares, para volver ya por el lugar de costumbre a Albolote, y a Maracena.
Unicamente se separan del grupo Lolo y Miguel Ángel, que cegados por el pique, y el afán de darse palos, llegaron a Albolote de esa forma, sin darse cuenta que habían dejado al grupo atrás.
Miguel Ángel pidió perdón por el grupo de Whatsapp, por esta acción.
Si pasamos lista vemos que asistieron a la ruta las siguientes personas.
Rafa, Paco, Arturo, Miguel Ángel, Víctor, Fali, Serafín, Arturillo, Alex Yoldi, Rubio, y Lolo.
Ya anunciaron entre la mañana de este día, y la tarde del día anterior, algunas personas, que no podían asistir a la ruta.
David se iba de viaje. Moreno no tenía bicicleta de montaña. Estaba sin frenos. Yiyo tenía que trabajar. Y Sergio, dijo por la mañana que tenía faena en el hogar que no había terminado para el Sábado.
Los demás que no vinieron, no se sabe porque fue.
Es el caso de Gorka. Y el de Malagón, que peguntó el día anterior donde se iba. Pero no apareció por la zona de salida, ni se sabe porque.
Creo que con esto acaba esta parte de la crónica del Domingo. No sin antes poner las imágenes recogidas por los amigos de este día.
Y comienzo la segunda parte; que es la mía con la flaca, y la ruta con mi amigo Paco a Lanjarón.
Sin saber muy bien como iba a ir, o mejor dicho volver; pues lo duro de esta ruta es la vuelta; decidimos entre los dos ir a Lanjarón.
Quedamos en El Cubo; lugar de encuentro en Granada de muchos ciclistas, a las 09:45.
Iba por el Camino de Ronda cuando veo que van tranquilamente un grupo de ciclistas, a los que voy acercándome sin querer.
Veo a Juan Antonio Aguilera, y a Paco Bustos. Comienzo a hablar con Juan, tras los saludos de rigor a todos. Y me cuenta que van a Cónchar.
Después me enteré, entre conversaciones varias, y por Facebook, que los otros dos ciclistas eran Jaime García, y José Salcedo.
Pues decidido. En cuanto recojo a Paco, nos vamos todos juntos. Los acompañamos hasta el cruce de Cónchar, y paramos en el Restaurante El Zahor, para hacer una fotografía de grupo, por el recuerdo, y para pasarsela unos a otros y verla.
Y ya quedamos en que algún otro día podíamos hacer una ruta, o más, juntos.
Seguimos Paco y yo hacia Lanjarón, y debo decir que la ruta me fue muy bien para haber estado cuatro meses sin actividad alguna.
A lo largo de todo el camino nos fuimos encontrando muchas motos de carretera, y muchas peñas. Había tanto de competición, como custom. Era también un gran día para ellos. Comenzó un poco nublado, y abrió, sobre todo a partir de Dúrcal.
Por contar una anécdota algo graciosa, me hizo gracia que cuando uno va a la Alpujarra, esperando encontrar los productos típicos de la zona, se encuentre con cosas que llevan a los bares, que no son de allí. Pero que nos suenan como muy familiares. No por ello peores, ni malas. Debo decir que el bocadillo, o tostada de pan, aceite, tomate, y jamón, estaba buenísimo todo él. El jamón, el aceite, y el tomate, tenían un sabor muy rico. Y el pan muy bueno.
Pero observese de donde viene el aceite, y los sobrecillos de azúcar. ¡Jejejejeje!.
Con esto, y con las imágenes que tomé en esta jornada, y que pongo a continuación, a través de un enlace, acaba la crónica de este Domingo.
Un Domingo de los que gusta repetir. ¡Ojalá fueran todos así o mejores!.
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